domingo, 16 de septiembre de 2007

Una Leyenda de Leyendas. El Ciclo artúrico, de Bretaña a Galicia.

La historia del rey Arturo, sus caballeros y la búsqueda del Grial, conocida como “Ciclo Artúrico” o “Materia de Bretaña” es una de las sagas que hunde sus raíces más profundamente en la historia y en la literatura (es una fuerte influencia en Shakespeare y casi se puede decir que la auténtica fuente de la literatura moderna), y una de las más apasionantes de rastrear a través de sus orígenes y ramificaciones. Hoy es aceptada la teoría que sitúa los orígenes de las historias del Grial en leyendas paganas de sustrato céltico, y más tarde cristianizadas. “El caldero de la abundancia” era un mito céltico; un recipiente que daba la vida a quien bebiese de el. En el famoso cómic de Goscinny y Uderzo "Astérix el Galo", podemos ver representada la leyenda del caldero en la “poción mágica” que los guerreros toman para aumentar su fuerza. La creencia en recipientes contenedores de la divinidad es antiquísima. Incluso la creencia en la transubstanciación, la conversión de la divinidad en alimentos que luego se ingieren, se remonta al antiguo Egipto; durante el dominio del Imperio Romano se cristianizaron creencias, leyendas y dioses paganos, lo cual facilitaba la asunción por el pueblo de la nueva religión, su conquista y posterior pacificación. No se privaba al pueblo conquistado de sus creencias, sino que, inteligentemente, se adaptaban al cristianismo. Y eso es lo que parece que ocurrió con la leyenda del Grial, el cáliz que daba la vida a quien bebiera de el. Pero, ¿existió la copa usada en la última cena, fue recipiente de las últimas gotas de sangre de Cristo, y fue traída a Europa por José de Arimatea?. En todo caso, lo que me interesa es lo fascinante de la leyenda, el imaginario colectivo y su fuerza, más que el sustrato real, que tampoco carece de interés.

Si hablamos de la existencia de Arturo, todo apunta a que está confirmada, y las últimas teorías conducen a un general britanoromano llamado Lucius Artorius Castus, nacido en Cornualles en el siglo V. Se pueden rastrear manuscritos que hacen alguna referencia a Arturo desde el siglo XI, con el Libro Negro de Carmarthen y el Libro de Taliesin, donde encontramos también menciones a Merlín. Pero en general se establece el inicio del Ciclo Artúrico como tal con Geofrrey de Montmouth, y su "Historia de los Reyes de Britania", una historia mítica de la antigua Bretaña. Pero es en el Siglo XIII cuando se desarrolla la “Vulgata”, una serie de libros anónimos, atribuídos en ocasiones a Robert de Boron, autor de uno de ellos, en concreto el “Merlín”. Cretien de Troyes aportaría en su “Lancelot” y “Cuento del Grial”, su punto de vista de la leyenda, que culminaría en 1485 con “La muerte de Arturo” de Sir Thomas Mallory. Muchos otros poemas y escritos redondean y completan la historia, y entre los posteriores hay que mencionar “La reina de las Hadas” de Edmund Spenser.

Pero tan fascinante como seguir la evolución del mito en la literatura, resulta seguir los lugares relacionados con la leyenda y sus reflejos en la cultura popular. Uno de los lugares más llamativos que uno podría visitar es sin duda la Tumba de Merlín, en el bosque de Brocelandia, en la Bretaña Francesa. Las imágenes del lugar revelan un bosque de cuento de hadas, donde supuestamente reposan los restos de Merlín, un personaje del que existen indicios que indican su existencia real, fruto de un tiempo en el que el concepto de Druida y el de Monje o Sacerdote se fundían en un todo inconfundible, durante el proceso de cristianización del mundo pagano. Merlín era medio Druida, medio sacerdote, Bardo, profeta. Según la leyenda fue fruto de la relación entre un demonio (es decir, un Íncubo) y una mujer. La creencia en Íncubos y Súcubos (demonios con forma humana que provocaban con malas artes relaciones sexuales con los hombres), estaba muy extendida en la época.

Pero no menos curioso es buscar la repercusión de la leyenda griálica en nuestra Galicia. Tres aldeas con el nombre de Merlín se reparten por nuestra geografía; en la Laguna de Antela, en Ourense, se recoge la leyenda que sitúa a Arturo y sus caballeros transmutados en insectos, esperando el desencantamiento. Es conocida la historia del “Santo Grial” conservado en O Cebreiro, a las mismas puertas del Camino de Santiago en Galicia. La leyenda cuenta que en una noche de tormenta, solo un feligrés acudió a la iglesa, de difícil acceso. El sacerdote se compadeció de que el feligrés acudiera poniendo su vida en peligro, sólo por ver un pedazo de pan y un poco de vino; al momento el pan y el vino se transmutaron en carne y sangre, y el sacerdote falleció del susto; esta leyenda fue recogida por Richard Wagner en su “Parsifal”, y hay teorías muy extendidas que indican que la copa del escudo de Galicia, no es otra cosa que el Santo Grial de O Cebreiro. En todo caso, desde luego que no puede dejar indiferente el que un cáliz aparezca en el escudo de un país de sustrato céltico, y es inevitable que nos lleve a pensar en el ciclo artúrico. Entre otros paralelismos, podemos citar a San Andrés de Teixido, típico ejemplo de la creencia celta en un lugar desde donde parten las almas de los muertos hacia un lugar más allá del mar. San Andrés de Teixido, lugar donde además sitúan los historiadores el “Ara Solis”, un templo pagano dedicado a la deidad solar, nos remite, entre otros ejemplos, a la artúrica isla de Avalon, lugar a donde viaja Arturo tras su muerte, mientras que la barca de piedra en la que la Virgen se aparece al Apostol Santiago en Muxía (de la cual incluso se reverencian sus restos en forma de una piedra de extraña forma), nos hace pensar en la barca de piedra del Tristán (que forma parte de la leyenda artúrica, y cuya figura aparece tallada en una de las columnas de la catedral de Santiago) y en la barca mágica, conducida por hadas, que lleva a Arturo a su último descanso en Avalon. También pensamos en el culto celta a las piedras, que aparece repetidas veces reflejado en el ciclo Artúrico, y de la cual la leyenda de Excálibur clavada en la piedra es sólo una de sus representaciones mas tardías; también vemos el reflejo de esta leyenda en la "Piedra del Destino" escocesa, a la que se le reconocía la virtud de elegir a los reyes de Escocia; según la leyenda, esta piedra, que pasó por Galicia en su periplo legendario, era la "piedra de Enoch" (o de Jacob o Santiago) sobre la que Jacob soñó su escalera a los cielos (la "Escalera de Jacob"), y reposó durante siglos bajo el trono de los reyes de Inglaterra, (la "Silla de la Coronación" o "Silla de San Eduardo"); fué objeto de un espectacular y famoso robo por parte de cuatro estudiantes escoceses en 1950, siendo recuperada y devuelta a su lugar en la abadía de Westmisnter, a tiempo para la coronación, en 1953, de Isabel II, quien, muy recientemente, la devolvió a Escocia, donde fué recibida entre grandes honores y festejos.

Incluso el recuerdo ancestral de un héroe mítico que volverá para despertar a la nación, encuentra su reflejo, no sólo en Breogán, mito reconstruído en el romanticismo a partir del Leabhar Ghabhála Érenn o libro de las invasiones Irlandés, basándose en numerosos indicios que lo situarían en Galicia. También el mito de Santiago tiene connotaciones de ese tipo, que nos remontan a su antiguo simbolismo como reunificador de la cristiandad, que resurge de sus cenizas durante la reconquista, y que podemos apreciar cuando bajamos al Sepulcro del Apostol. En este lugar recogido, bajo la catedral, antiguo corazón de Europa, mientras contemplamos la urna que supuestamente contiene los restos del Apostol, y quizás más probablemente los del hereje Prisciliano, decapitado en el 385 y sepultado en Galicia, podemos leer una frase de Juan Pablo II que incita al despertar de Europa. Quizá este último paralelismo resulte peregrino, pero en el imaginario colectivo, todas las leyendas acaban estando interrelacionadas, lo que sin duda las convierte en más fascinantes, porque son la materialización de nuestros sueños.

Un último capítulo que voy a mencionar, y no poco interesante, es la búsqueda del Grial por parte de los Nazis, un tema que ha sido muy tratado, y en el que cabe destacar la figura de Otto Rahn, miembro de las SS y autor de los libros "Cruzada contra el Grial" y "La Corte de Lucifer". Las investigaciones de Rahn, que estudió en profundidad todas las historias del Grial, y las relacionó con los Cátaros, le llevaron a Cataluña; estaba convencido de que en Montsegur encontraría lo que tantos buscaron sin éxito. Su extraña muerte, congelado supuestamente practicando el Endura Cátaro en las cimas del del «Wildes Kaiser», cerca de Kufstein, en 1933, acrecentó su leyenda, que ya cobra de por sí relevancia por la rigurosidad y seriedad con la que afrontó una tarea imposible como la que se propuso. Un halo de misterio, fascinación, e incluso de un fuerte romanticismo trágico e idealista, se cierne sobre esta figura; como colofón, un par de frases que se antojan a primera vista bastante extrañas para provenir de un miembro de las SS;
"hay demasiada tristeza en mi país.Se ha hecho imposible para un hombre liberal y tolerante como yo el vivir en la nación en que mi pais se ha convertido"
"Esto es la clave misma de la civilización occidental - escríbe Rahn -. El mensaje aquí transmitido tendría que unificar Europa para siempre, en la igualdad política de todos los particularismos y bajo el reino de una sola religión, tolerante, ecuménica que abrace a todas las demás: la religión cátara, es decir, el cristianismo de los orígenes". (Otto Rahn)




“cuando se acercaba al agua, vio una mano que salía del lago y que apareció hasta el codo, pero no vio nada del cuerpo; la mano agarró la espada por el puño v la agitó tres o cuatro veces en alto.
Después de que Girflete viera esto con toda claridad, el brazo con la espada volvió a meterse en el agua. Girflete esperó allí un rato, por saber si se volvería a mostrar; cuando se dio cuenta de que lo hacía en vano, se alejó del lago y fue hacia el rey; le dijo que ha arrojado la espada al lago y le cuenta lo que había visto: «Por Dios, exclama el rey, estaba seguro de que mi fin se acercaba.» (…)Tan pronto como se
marchó, empezó a llover con fuerza hasta que llegó a una colina que estaba a una media legua; allí, se detuvo bajo un árbol, hasta que pasó la lluvia; entonces miró hacia donde había dejado al rey y vio venir por el mar una nave llena de damas; cuando la nave llegó a la orilla, donde estaba el rey, se acercaron a la borda; la señora de todas ellas tenía por la mano a Morgana, hermana del rey Arturo, y comenzó a llamar al rey para que entrara en la nave; éste, tan pronto como vio a su hermana Morgana, se puso en pie, levantándose de donde estaba sentado, entró en la nave, con su caballo tras de sí, y tomó las armas. Cuando Girflete, que estaba en la colina, vio todo esto, volvió lo más deprisa que podía su caballo,, hasta llegar a la orilla, donde vio al rey Arturo entre las damas y reconoció al hada Morgana, pues la había visto muchas veces. En poco rato la nave se alejó de la orilla más de lo que una ballesta alcanza con ocho tiros. Cuando Girflete ve que ha perdido así al rey, descabalga en la orilla y hace el mayor duelo del mundo, quedándose en aquel lugar todo el día y toda la noche, sin beber ni comer, como tampoco lo había hecho el día anterior.” (La muerte de Arturo, “La Vulgata” Anónimo)

3 comentarios:

M. dijo...

Hola meu :) soy Marta (amiga de Susana),te comento básicamente para decirte que al fin me he decidido y me he hecho un blog jeje

Aparte de eso, decirte que siempre me ha intrigado mucho la leyenda del Rey Arturo, desde pequeña :) me ha encantado el post. Me has dejado frita con la laguna de Antela, no tenía ni idea!! a ver si investigo algo más...

Nos vemos pronto!! besos :***

M. dijo...

Por casualidad ese restaurante no estará en Valle Inclán? porque soy fan absoluta de él, sus frijoles son de lo mejorcito que he probado y el dueño ya nos conoce jajaja :D

El Señor No Puedo dijo...

Conmovedora entrada. A ver si se repiten más como ésta

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