lunes, 3 de septiembre de 2007

Y Paco Umbral ascendió a los cielos

Empecé a leer a Umbral con "Las Ninfas", un librito suyo que rondaba por mi casa, y que pronto reclamó mi curiosidad. Desde siempre me atrajeron los narradores con cualidades líricas, los orfebres del lenguaje; así que Umbral lo tuvo fácil para atraerme. Nunca me pareció un escritor perfecto, lo cual de alguna manera aumentaba mi simpatía hacia el. A "Las Ninfas" le siguieron en mi biblioteca "Mortal y Rosa" "Y Tierno Galván ascendió a los cielos", el "César visionario", el "Café Gijón", y todo libro suyo que iba apañando por ahí; Umbral cultivaba algunas cualidades ya en desuso, como la del escritor que crea y alimenta su propio personaje. Su dandismo irredento era una parte indisoluble de su persona y de su literatura; su prosa era flexible, sucia, urbanita, solitaria, tierna y un algo pedante, algo que jamás me molestó. Su forma de sentir el lenguaje era profunda y trabajada, como la de un buen músico con su instrumento; en ella podías ver reflejados a los grandes de la literatura; a Juan Ramón, al genial Gómez de la Serna, a Baudelaire, a Larra.

Acostumbraba a alabar de los gallegos su uso del lenguaje, que achacaba a una mayor proximidad al latín. Siempre tuvo, también, la virtud y el defecto de considerar a esa ciudad fascinante que es Madrid, el principio y el fin del mundo; una ciudad que es como su prosa; sucia, imperfecta, descarada, algo pedante, hermosa y multiforme. Me sublevaba cuando hablaba con altivez de lo que el llamaba "lo provinciano", pero aún así su arrogancia me resultaba seductora, ya que tan cerca estaba de su célebre cachondismo mental, de esa retranca castiza marca de la casa. De vez en cuando seguía su columna en "El Mundo", en la que alternaba rachas de brillantez con otras que se me antojaban más tediosas; pero cuando la columna de Umbral era buena, sencillamente era el mejor de los columnistas del país; ya su prosa tiene siempre un algo periodístico, pero esas columnas quedarán como un ejemplo del mejor periodismo literario de una época.

Umbral fue, sin duda, uno de los grandes, un ejemplar de una raza casi extinta de escritores que lo son de la cabeza a los pies y las veinticinco horas del día, y merecía que actualizase mi blog, que desde hace meses languidecía en el olvido, entre otros proyectos y un pelín de pereza, con este pequeño homenaje.

"Dadle a un hombre una máscara y os contará la verdad" (Oscar Wilde)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas, he venido a hablar de mi libro.

Anónimo dijo...

I didn't understand a fuckin' word of your blog, but its kinda beautiful aniway. When are you comin' back 2 Ireland?.

Barfly dijo...

Hi!. Maybe sooner than later we may hang out for a couple of beers!. Thanks 4 comin'!

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