
Acostumbraba a alabar de los gallegos su uso del lenguaje, que achacaba a una mayor proximidad al latín. Siempre tuvo, también, la virtud y el defecto de considerar a esa ciudad fascinante que es Madrid, el principio y el fin del mundo; una ciudad que es como su prosa; sucia, imperfecta, descarada, algo pedante, hermosa y multiforme. Me sublevaba cuando hablaba con altivez de lo que el llamaba "lo provinciano", pero aún así su arrogancia me resultaba seductora, ya que tan cerca estaba de su célebre cachondismo mental, de esa retranca castiza marca de la casa. De vez en cuando seguía su columna en "El Mundo", en la que alternaba rachas de brillantez con otras que se me antojaban más tediosas; pero cuando la columna de Umbral era buena, sencillamente era el mejor de los columnistas del país; ya su prosa tiene siempre un algo periodístico, pero esas columnas quedarán como un ejemplo del mejor periodismo literario de una época.
Umbral fue, sin duda, uno de los grandes, un ejemplar de una raza casi extinta de escritores que lo son de la cabeza a los pies y las veinticinco horas del día, y merecía que actualizase mi blog, que desde hace meses languidecía en el olvido, entre otros proyectos y un pelín de pereza, con este pequeño homenaje.
"Dadle a un hombre una máscara y os contará la verdad" (Oscar Wilde)
3 comentarios:
Buenas, he venido a hablar de mi libro.
I didn't understand a fuckin' word of your blog, but its kinda beautiful aniway. When are you comin' back 2 Ireland?.
Hi!. Maybe sooner than later we may hang out for a couple of beers!. Thanks 4 comin'!
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